Todos los días desde hace años trato de dedicarle al menos un momento al día a mi crecimiento interior. Son numerosos los maestros que me he encontrado y me sigo encontrando en mi camino de aprendizaje hacia mi evolución espiritual, pero sin duda el profesor Wayne. Dyer es el que más me ha marcado hasta el momento presente.
Dyer un día antes de morir hizo una excelente reflexión utilizando la metáfora de la naranja (Ver vídeo adjunto a este artículo).
Las palabras del maestro siempre son de un enorme calado para mi, y esta en particular ha cambiado mi vida.
Vivimos en un entorno muy exigente, todo lo que nos rodea nos da la sensación que es una auténtica competición, ya no solo lo que nos es externo, si no lo que es más asfixiante todavía nuestra auto exigencia interior.
Intentas a cada instante dar lo mejor de ti, pero realmente ¿conoces lo peor?.
Cuando nos relacionamos con los demás entra en juego todo lo que forma parte de nosotros, nuestra luz y nuestras sombras, aunque tendemos a fijarnos más en aquello que nos incomoda que en lo que nos hace sentirnos felices y satisfechos con nuestra forma de relacionarnos.
Por eso en las distintas áreas de nuestra vida enseguida nos damos cuenta de aquello que nos agobia, cuando sentimos presión. ¿Qué sucede en ese preciso instante?.
Puedo daros varios ejemplos:
- Quieres entregar un trabajo a tiempo y con una calidad inmejorable.
- Quieres impresionar a una persona que aprecias, quieres o amas.
- Quieres demostrar a tu familia y circulo de amigos que eres una magnifica persona y que siempre responderás a sus necesidades.
- Quieres materializar tus ideas y cumplir tus expectativas……
Y así un listado interminable.
Bien, justo ahí, en cada uno de esos precisos instantes puedes sentir la presión, pero quién o qué ejerce esa presión sobre ti:
Las primeras respuestas que te das a esta pregunta suelen ser:
- Mi jefe o mi compañero de trabajo me agobian y no puedo trabajar de esa forma.
- La persona que aprecio, quiero o amo no es consciente de mi esfuerzo para hacerle feliz.
- Mi familia o amigos no valoran todo lo que hago por ellos.
- No puedo ejecutar mis magníficas ideas porque mi entorno no es favorable…..etc
Todas y cada una de estas respuestas , no son más que excusas que grabamos en nuestros pensamientos, y son estos pensamientos y no otra cosa o persona los que ejercen esa presión sobre nosotros.
Y qué sucede cuando nos presionamos así, que suelen salir al exterior todas nuestras sombras con un amplio abanico de emociones negativas como la ira, la tristeza, la decepción, la frustración….etc. Pero como señala el profesor Dyer esas emociones solo pueden hacerse visibles si están dentro de ti.
Pero, ¿puedo eliminar esas emociones negativas?. Todo el elenco de emociones que experimentamos son necesarias en nuestra vida, otra cosa es que las utilicemos de la forma adecuada.
Cualquiera de las sensaciones que nos producen las emociones negativas o emociones provenientes de nuestra sombra son una alarma para que seamos conscientes de nuestro ego y le mantengamos a raya.
Por lo tanto, no se trata de eliminarlas, si no de transmutarlas, pasarlas de la sombra a la luz con el reflejo que las neutraliza en nuestro pensamiento creador.
Ya no es novedoso contar que creamos aquello que creemos, por lo tanto en el momento que sintamos que cualquier situación o relación nos provoca este tipo de emociones sombra, es preciso que creemos un pensamiento luz.
Con los ejemplos de antes:
- Mi jefe o mi compañero me irritan, lo reconozco, pero se que soy bueno en mi trabajo, acepto y apruebo lo que sucede en mi entorno , además irradio amor en todo lo que hago por lo que todo saldrá bien si transmito esa luz a mis relaciones laborales o profesionales. Toda aquella persona o circunstancia que no esté en esa vibración creada por tu pensamiento, se irá por si misma sin ningún esfuerzo.
- La persona a la que aprecio, quiero o amo me decepciona, me pone triste, lo reconozco pero se que estoy dando lo mejor de mi, me aprecio , me quiero y me amo a mí mismo, porque solo si me amo puedo compartir mi amor. Toda persona que no reciba mi amor desde esta perspectiva se marchará sin dolor.
- Mi familia y amigos en ocasiones me hacen sentirme frustrados, lo reconozco pero se que me aman profundamente como yo me amo a mi mismo, no siempre las cosas las podemos ver desde la misma perspectiva, lo acepto y lo apruebo. Todos aquellos que no se sientan cómodos en esta vibración escaparán sin dilación.
- Me cuesta dar forma a mis ideas porque tengo demasiadas expectativas y eso me produce ansiedad, lo reconozco, pero soy creativo, seguro que se me ocurre algo para relajarme y poder continuar cuando esté más tranquilo y así ordenaré mis pensamientos de una forma más efectiva.
En resumidas cuentas, como señala el profesor W. Dyer si exprimimos una naranja sale zumo de naranja.
Si nos exprimimos a nosotros mismos saldrá todo lo que tenemos en nuestro interior, tratemos que el zumo sea dulce y sabroso.
Mª Ángeles Moraga Martínez.